En estas fechas de patriotismo ensalzado por ser el Día de la Hispanidad, en las que
Rajoy en su mensaje de Navidad [haz clic para verlo] nos llama a "hacer un gesto de orgullo por ser españoles", me dan ganas de vomitar. Honestamente no hay nada que me haya parecido peor lacra para la humanidad, me haya provocado más nauseas y me haya parecido más patético y vergonzoso que el patriotismo de bandera. Así de crudo: "El patriotismo es la virtud de los depravados" decía Oscar Wilde.
Tradicionalmente el patriotismo versión
neocon que vivimos hoy en día [el practicado por gente como George W. Bush, Aznar o los hermanos Kaczynski] se define por confundir malintencionadamente el continente con el contenido para, desde una dialéctica que ataca al estómago, a la víscera, que convoca a los bajos instintos y a la bilis de la gente, hacer que lo secundario [el continente: la bandera] salte a la primera línea haciéndose pasar por lo verdaderamente primordial [el contenido: la sociedad y su devenir], que esconden hábilmente.
Porque ¿qué importa una bandera? Para mi no es más que un trozo de tela, que en nuestro caso es roja y gualda. Es un símbolo, bien, pero nada más. Porque ¿desde cuándo el símbolo es más importante que lo que debería simbolizar? Es decir, ¿desde cuándo importa más una bandera, si la ponen o no en un determinado ayuntamiento, que el devenir de la sociedad? Los de siempre se desentienden de si la gente hoy en día puede acceder más o menos fácilmente a una vivienda, del estado de la sanidad o la educación pública, de las ayudas sociales [que nunca les interesaron]... Eso no les interesa, no les da votos, porque posiblemente no tienen nada mejor que aportar. Tristemente cuando las cosas no van bien para las derechas
neocon, cuando no saben qué hacer ni qué aportar, cuando se acercan las elecciones, sacan a relucir el discurso que a algunos les agarra por el estómago [nunca por el cerebro] para convencerlos no se sabe muy bien de qué: El discurso de la patria. Y ya si la patria parece estar en peligro [¿quién? ¿qué?], su estrategia les da grandes réditos.
Pregunta: "¿Qué pasa, señor del PP, con el precio de los pisos? ¿Cómo lo aliviarían ustedes?"
Respuesta: "¡¡España!! ¡¡Viva España!! ¡¡Viva la bandera!!"
Pregunta: "No, que le pregunto por cómo hacer por lograr una sociedad igualitaria en salarios entre sexos, por ejemplo"
Respuesta: "¡¡La Patria se rompe!! ¡¡Las banderas no están colgadas de todos los ayuntamientos de España!!"
Pregunta: "Pero ¿usted me escucha? ¿Sabe cuáles son los problemas reales que hay? "
Respuesta: "¿Acaso no hay mayor problema hoy en día que el tamaño de la bandera?"
Pues a mi, el hecho de que la bandera española cuelgue del ayuntamiento de Lizartza o no me importa bien poco. Es más: No influye para nada en mi vida ni en mi bienestar material, aunque lo intente. Lo que sí me importa es que la seguridad y la libertad de las personas de ese municipio no queden coartadas. Y si bien los símbolos no me llegan, que suban el salario mínimo interprofesional o que me den ayudas para independizarme me toca de lleno. Por supuesto que la legalidad debe cumplirse; pero ¿es la única cosa de la jurisdicción que no se cumple hoy? Y digo yo... ¿tan raro soy yo de pensar esto? ¿Por qué la gente cae en estas tretas y realmente llegan a creer que cómo sea tratado un símbolo les afecta?
Hablar de una cosa más de la cuenta hace pensar que pasa algo con esa cosa. Hablar de la bandera tanto, aparte de darle una importancia que nunca será tal [repetimos, es un trozo de tela], crea la falsa sensación de que le pasa algo o de que ese trozo de tela al que al parecer maltratan somos nosotros, que nos pegan. Crear incertidumbre sobre algo que no está amenazado [la porpia sociedad] ha sido algo siempre muy neocon.
La patria... ¿Qué es? ¿Es algo que realmente se puede romper? ¿Qué significa "la patria se rompe"? Porque la gente repite como loros la coletilla "la patria se rompe" [igual que antes se hablaba de "pagar precios políticos" ¿?] sin saber qué significa... Simplemente lo dicen sin más, como otras frases de usar y tirar ya célebres del estilo "todos los políticos son iguales", por no hablar de la rutilante "yo de política no entiendo". ETA no amenaza a España, no, ¡¡amenaza a todas las personas, a la sociedad y a nuestra libertad!! ¿Acaso el que en Catalunya hablen catalán influye en algo? ¿Rompe nuestro país? ¿Hace que tu jefe te trate peor en el trabajo? Las personas formamos el país [¡formamos la sociedad!] y hacer democráticamente lo que el colectivo anhele, con la ley en la mano, no es solo lo correcto sino algo irremediable también. La ley siempre va por detrás de la sociedad: Esta toma un camino, evoluciona en un sentido u otro, y la ley tiene que regularlo. No al revés. Las leyes nacen porque ya hay una incipiente realidad que necesita ser ordenada. Por eso las leyes son precursoras de corrientes populares embrionarias o represoras de las mismas, abortivas. Es absurdo cercenar la voluntad de la sociedad en pro de no se qué artificio irreal pero que hace las veces de cinturón de castidad: "¡¡Qué hablen castellano porque sino España se rompe!!"
Y... ¿qué es ser un patriota? ¿Y un buen patriota? Los neocon te dirán que el mejor patriota es el que la tiene más grande [la bandera se entiende] y que además haga que dicho símibolo prevalezca sobre otros, que son tus rivales para más inri.
Para mi ser un buen patriota es servir bien a tu sociedad, bajo los cauces democráticos, con acuerdo a la Constitución. ¿Son buenos patriotas los que quisieron engañar a la ciudadanía diciendo que el responsable 11-M fue ETA para mantenerse en el poder? Para mi un buen patriota, tenga bandera o no, es aquel que ha desarrollado un buen sistema social, el que promueve la equidad o el que se preocupa por promover los valores democráticos [¡que gran patriota es Aznar, que cada vez pasaba más de ir al Congreso para dar explicaciones al final de su mandato!].
Que curioso es que el día de la patria se celebre en todo el mundo con una demostración militar, mostrando el arsenal que tenemos para matar... Curioso. O no tanto. Un patriotismo mal curado deriva en xenofobia, racismo, enfrentamientos... Odio.
PD: El ejemplificar con el patriotismo español lo hago porque es el que me pilla más a mano. Pero tan retrógado es éste como el patriotismo estonio, camboyano o catalán. Somos todos ciudadanos del mundo, perderse en himnos y banderas es dar un paso atrás.